Tengo un año más. Quién me iba a decir a mí que los 22 se me iban a hacer cuesta arriba. Empecé mi nuevo año de vida trabajando, toda la tarde me sentí ignorada, y termine la noche gastando 50 euros en una cena íntima (se suponía) y quedándome dormida cuando pretendía ver una peli en plan románticoide.
Esto de crecer es un asco, quisiera volver al colegio, bueno no, al colegio no que no tengo buenos recuerdos. Pero a mi segundo instituto si quisiera volver, porque del primero tampoco tengo buenos recuerdos. La verdad es que crecer no ha estado tan mal al fin y al cabo, porque he tenido una infancia y una adolescencia de lo más triste y asquerosa. Hasta que no cumplí prácticamente los 17 años no tengo recuerdos agradables, ni momentos para recordar, mas bien hasta los 17 años son momentos para olvidar. Así que echando cuentas, olvidando esos años, podría decirse que he cumplido 5 años.
¿Porqué mi vida fue tan aagg? Supongo que todas las infancias son difíciles, pero realmente esa dificultad llega en todos los casos como en el mío hasta los 17 años? Se que no soy una chica normal y corriente, tengo mis cosas, y puede que algunos piensen que no estoy bien de la azotea, puesto que la chistera impide que mi cerebro respire, pero aún así, debí merecer algún respeto por parte de mis compañeros, ya no incluyo el colegio, todos los niños son crueles, pero el instituto..... Dios mío, soy como un saco de boxeo o un sparring eterno. Puedo decirlo de dos formas, siempre dar y dar y nunca recibir nada a cambio, o también puedo decir que siempre recibí y recibí... desprecio.
Llegó la hora en la que decidí cambiar de aires, quería que mi vida diera un vuelco por completo, odiaba tener que odiar a todo el mundo por odiarme, por muy redundante que suene.
Cuando cambié del Alkal-a Nahar al IES Antonio Machado, todo cambió. Aunque la gente me decía que estaba loca por irme tan lejos de casa a estudiar, ya ves tú, pasaba de estar a dos minutos andando desde mi portal hasta la mesa de clase, a tener que coger un autobús y tardar algo más de media hora.
Pero aquel instituto cambió mi vida para siempre, porque por primera vez pude sentirme parte de un grupo de personas que no eran tan diferentes a mí. Por primera vez supe lo que era sentirse una persona. Sin destacar por extraña.
Aquellos años sin duda fueron los mejores, tuvo sus cosas malas, todo he de decirlo, no fueron todo pétalos de rosas flotando al rededor de mi cabeza como un anuncio de herbal esences. Jajaja. Tuve mi primer novio formal que duró 8 meses y ¨cut¨. Pero hice grandes amigos de los que conservo menos de los que me gustaría conservar. A los que más echo de menos son a la Chuza, a Cris, al Teniente Dan, a Mou, al Christian (al cual no volveré a ver jamás y lloraré por ello), al Presi, a Helena, a Sony, dios mío son muchos. Y solo mantengo contacto con Nadia.
Ahora estoy llorando, idiota de mi. Pero es lo menos que puedo hacer cuando comienzo a recordar que ellos hicieron que yo me sintiese bien, y que cada día me gustase más ir a clase porque sabía que allí encontraría cariño y en definitiva amigos.
Esto de crecer es un asco, quisiera volver al colegio, bueno no, al colegio no que no tengo buenos recuerdos. Pero a mi segundo instituto si quisiera volver, porque del primero tampoco tengo buenos recuerdos. La verdad es que crecer no ha estado tan mal al fin y al cabo, porque he tenido una infancia y una adolescencia de lo más triste y asquerosa. Hasta que no cumplí prácticamente los 17 años no tengo recuerdos agradables, ni momentos para recordar, mas bien hasta los 17 años son momentos para olvidar. Así que echando cuentas, olvidando esos años, podría decirse que he cumplido 5 años.
¿Porqué mi vida fue tan aagg? Supongo que todas las infancias son difíciles, pero realmente esa dificultad llega en todos los casos como en el mío hasta los 17 años? Se que no soy una chica normal y corriente, tengo mis cosas, y puede que algunos piensen que no estoy bien de la azotea, puesto que la chistera impide que mi cerebro respire, pero aún así, debí merecer algún respeto por parte de mis compañeros, ya no incluyo el colegio, todos los niños son crueles, pero el instituto..... Dios mío, soy como un saco de boxeo o un sparring eterno. Puedo decirlo de dos formas, siempre dar y dar y nunca recibir nada a cambio, o también puedo decir que siempre recibí y recibí... desprecio.
Llegó la hora en la que decidí cambiar de aires, quería que mi vida diera un vuelco por completo, odiaba tener que odiar a todo el mundo por odiarme, por muy redundante que suene.
Cuando cambié del Alkal-a Nahar al IES Antonio Machado, todo cambió. Aunque la gente me decía que estaba loca por irme tan lejos de casa a estudiar, ya ves tú, pasaba de estar a dos minutos andando desde mi portal hasta la mesa de clase, a tener que coger un autobús y tardar algo más de media hora.
Pero aquel instituto cambió mi vida para siempre, porque por primera vez pude sentirme parte de un grupo de personas que no eran tan diferentes a mí. Por primera vez supe lo que era sentirse una persona. Sin destacar por extraña.
Aquellos años sin duda fueron los mejores, tuvo sus cosas malas, todo he de decirlo, no fueron todo pétalos de rosas flotando al rededor de mi cabeza como un anuncio de herbal esences. Jajaja. Tuve mi primer novio formal que duró 8 meses y ¨cut¨. Pero hice grandes amigos de los que conservo menos de los que me gustaría conservar. A los que más echo de menos son a la Chuza, a Cris, al Teniente Dan, a Mou, al Christian (al cual no volveré a ver jamás y lloraré por ello), al Presi, a Helena, a Sony, dios mío son muchos. Y solo mantengo contacto con Nadia.
Ahora estoy llorando, idiota de mi. Pero es lo menos que puedo hacer cuando comienzo a recordar que ellos hicieron que yo me sintiese bien, y que cada día me gustase más ir a clase porque sabía que allí encontraría cariño y en definitiva amigos.
Luego llegó el momento en el que conocía David, el tuno, jejeje, ya todo mejoró notablemente, porque recuperé esperanzas rotas, amaba un nombre antes de saber que encontré un amor. El mayor de los pilares de mi vida, el mayor sosten psicológico del mundo, ese es David.
Y cuando llegué a la universidad y conocí a unos historiadores locos a los que les gustaba exactamente lo mismo que a mí. Por un lado dejé de sentirme tan especial, porque los años de instituto me hicieron encajar, aunque seguía siendo diferente, era Bizarri que estudiaba arte, pero se metería a historia, Biza, aquella que sabía sobre muchas cosas, pero que se sintió muy cohibida cuando llegó a clase y había gente que también soñaba con lo mismo que yo, con Egipto, y que incluso sabían más sobre él que yo misma.
Y ahora, solo ahora, siento que me caigo en un pozo, porque hay un parón, el verano, lo único que me separa de estar en clase y sentirme dentro del grupo, de la necesidad sociald e ser aceptada, necesidad que tendré toda la vida, para suplir los primeros 17 años de mi vida en los que solo fui despreciada por los que inexplicablemente entonces deseaba ser aceptada.
Y esa ha sido mi vida en resumidas cuentas durante 5 años, los mejores de mi vida.
Por lo de Bizarri, gracias Christian, por ponerme por primera vez un mote que no me resultaba ofensivo, gracias, donde quiera que te encuentres, hubo una promesa, que yo jamás romperé, recuerda que éramos 3, resguardándose de la lluvia en una parada de autobús, los 3 siempre de un lado para otro.