Quien entra en este loco mundo..

viernes, 27 de junio de 2008

Minuto de Silencio 18ª parte

((La foto no tiene nada que ver, era por poner una, y me pongo a mi misma partiéndome de risa. Foto By Goblinoide))


Mientras estaba en la ducha se sentía un poco mareado. “Menudo huevo me ha salido.” Apoyó las manos en la pared de la ducha y bajó la cabeza, el chorro de agua de la alcachofa le daba directamente en la espalda. “Ojala tuviera aquí una hidromasaje.” Los hombros le dolían a más no poder al igual que la espalda, debía de tener un par de contracturas mal puestas.
Estaba pensando que lo mismo sería conveniente ir al médico si seguía mareado, o si mejor se quedaba en la habitación, debería tumbarse en la cama y relajarse más.
Cuando creyó oportuno salir de la ducha debían haber pasado lo mismo 15 minutos bajo el agua, pero se sentía algo mejor. La frente le escocía un poco, pero no tenía nada con que curarse.
Se miraba al espejo, “Menuda brecha.”, 3 centímetros le recorrían por encima de la ceja, probablemente le quedara cicatriz, pero no parecía necesitar puntos, aunque claro, si le daban puntos le quedaría menos cicatriz.
“Creo que el médico del campus empieza a las 10, no sé. Luego me paso, hoy a las clases le dan por culo”.
Salió del baño completamente desnudo, fue al armario y cogió unos calzoncillos limpios. Una vez puestos se tiró encima de la cama y se tapó. Entonces le vino todo a la cabeza. Se acordó de porqué le había dado el ataque la noche anterior. Claudia estaba muerta, solo había una persona capaz de matarla, ella solo había quedado con un chico después de estar con él. Su cabeza iba a explotar, la brecha le estaba palpitando. Se echó a llorar.

*************************************************************************************

Marcos salía de su casa, se marchaba antes. El móvil en la mano, mientras cerraba la puerta. Casi ni le había dicho adiós a su padre.
Buscó el número de Olga en la agenda y le dio a llamar. ¿Por qué querría ella que le llamase urgentemente?
-¿Hola?, ¿Olga?- Marcos hablaba tímidamente
-Sí. ¿Marcos?-
-Si. Dime que ocurre, ¿te ha pasado algo?-
-Bueno… más o menos, he recibido un correo muy raro y me he puesto algo nerviosa. ¿Tú conocías a la chica que murió? ¿A Claudia?-
-Solo de vista, nunca hablé con ella.- “¿A qué vendría lo de Claudia ahora?
-¿Pero si la vieras en una foto, la reconocerías?-
-Sí, supongo. Pero ¿por qué? ¿Qué pasa?-
-Ahora no puedo decirte mucho, primero quiero que veas una cosa. ¿A primera hora es muy necesario que vayas a clase?-
-Emh, bueno, puedo saltármela. ¿Por?- A Marcos no es que le gustase saltarse las clases, pero si era por quedar con Olga, era otra cosa.
-¿Conoces el aula de Universia del módulo VII de Filosofía y Letras?-
-¿La de Internet del cartel rojo?-
-Si, esa, ¿puedes estar ahí a las 9?, bueno, si no es a las 9 puedo esperarte.-
-Si, si. Ya estoy de camino a la uni, estoy allí a las 9 en punto.-
-Vale, te espero allí. Por favor, creo que es muy importante.-
-Vale, vale, sin problema.-
-Hasta ahora Marcos.-
-Ah, sí, hasta ahora.-

Marcos estaba un poco nervioso. Olga quería enseñarle algo importante, algo referente a Claudia. ¿Pero que sería? “¿una foto ha dicho?”. Ya estaba esperando el autobús para ir a la estación de tren. “¿Quería enseñarle una foto de Claudia? Supongo que soy el único que conoce que conocía a Claudia, aunque sea de vista.”.

************************************************************************************

“¿Dónde estará?, si no viene no sé que voy a hacer. ¿Quién coño me habrá mandado el e-mail?” Olga, estaba un poco nerviosa, no sabía si entrar directamente al aula universia o si esperarse.
Eran las 9 y 5 de la mañana y aunque es normal que una persona se retrase 5 minutos, normal en el sentido en que los españoles solemos llegar siempre con 5 minutos de retraso, Olga estaba nerviosa. Estaba segura de que el correo electrónico se lo había tenido que mandar alguien bastante cercano a ella. Pero no podía entender el por qué.
Entonces le pareció entrever entre otras cabezas el pelo rizado de Marcos, a la vez que su forma de andar, que aunque no fuese demasiado característica, sí que Olga se percataba de esas cosas. Olga sonreía, pero la sonrisa era nerviosa, aunque no sabía decirse a sí misma con exactitud si estaba nerviosa por el tema que había hecho que Marcos viniese, o por Marcos en sí.

************************************************************************************

“Uff, Creo que no está muy contenta.”
-Lo siento mucho, el CIVIS a tenido un pequeño retraso.- Marcos estaba un poco asfixiado, había corrido desde la estación hasta la entrada principal, ya que no conocía demasiado bien el atajo de entrar por la puerta lateral del Módulo VI.
-No pasa nada, ya te dije que te esperaría. Vamos a buscar un ordenador, ¿vale?- Olga le señaló el módulo VII, dando a entender que pasaran.
-Sí, sí, claro.-

************************************************************************************

Olga, sabía que eso podría sorprender a Marcos, no sabía como explicarle que sé fiaba de él precisamente porque no le conocía. Había tenido tiempo desde que había leído el correo, para sopesar quién podía haber sido el que se lo mandase, y del único que se fiaba, pese a todo, era de Marcos.

Encontraron un ordenador libre en la sala del fondo a la izquierda. Esa era la que menos gente solía tener. Se sentaron, Olga introdujo su clave universitaria para acceder a la red. Una vez ahí, abrió su correo electrónico.

-Esta mañana, he recibido esto. Y no estaba segura de sí quien me lo ha mandado dice la verdad o no. Lo cierto es que es una locura. Pero….- dijo mientras le hacía clic a la imagen adjunta. –Quien me lo ha mandado dice exactamente que ella a muerto por hacerme daño, y no ha acabado. ¿Esta chica es Claudia? Porque sí es ella entonces puede que éste loco esté en lo cierto.-

Cuando Marcos vio la foto, no tuvo ninguna duda, era Claudia.
-Sí, es ella.- Miró a Olga a los ojos.
-Ella murió el sábado, y el viernes por la noche la vi en Madrid con mi ex novio.-

jueves, 5 de junio de 2008

Minuto de Silencio 17ª parte.


Olga llevaba rato revolviéndose en la cama. Se había despertado sobre las 6 de la mañana, y no podía seguir durmiendo, no se encontraba nada bien. Lo cierto era que desde hacía rato tenía ganas de vomitar. “El otro día igual, y no he tomado nada raro”.

Decidió que aunque era bien temprano tenía que levantarse. Quizá podría aprovechar para estudiar un rato, ahora que tenía la mente fresca, que luego habría de ir a clase y por la tarde sería peor.

Se puso en su escritorio y cambió de decisión, echaría un vistazo al ordenador, tal vez alguien le hubiese mandado algún correo cadena, y le apetecía ver chorradas de ese tipo.

Cuando abrió el correo electrónico se encontró 3 e-mails, uno era spam normal y corriente, otro era un correo cadena enviado por Esther la tarde anterior y el tercero era de un remitente extraño. Pensó que sería spam, pero aún así la curiosidad le podía. “Vale, lo mismo le meto un virus al ordena, pero bueno.”

El e-mail había sido enviado desde la base de ozú, pero no podía ver de quien venía, el remitente quedaba cifrado, y ni siquiera aparecía su dirección como destinataria, no sabía como podía haberle llegado aquello, la informática no era su fuerte, pero ya le preguntaría a alguien.

Lo había escrito esa misma madrugada, apenas unas horas antes.

Cuando empezó a leer se quedó un poco perpleja.

Marcos tenía un bonito sueño, o al menos eso le iba pareciendo. En el tren, sentado justo en frente de Olga. Ella le daba el número de su móvil. “Pero así no era como había sucedido”.

Se despertó de pronto, “joder, pa una vez que sueño con ella se corta.”

No sabía porqué había abierto los ojos en ese momento, no eran ni las 7 de la mañana, pero puesto que quedaban minutos para que sonara el despertador se levantó, se puso las gafas y pensó que tendría más tiempo para una larga ducha.

Encendió la luz y buscó la ropa interior para ese mismo día en el cajón del armario de la derecha de la ventana. Con un gran bostezo se decidió por unos boxer negros con dibujos de los simpsons “nunca se es mayor para los simpsons”, buscó un pantalón vaquero, las zapatillas de estar por casa deberían estar cerca de la mesilla de noche. “Ahí están”, se las puso y salió de la habitación.

Entró en el cuarto de baño, se miró al espejo “¡vaya pelos!”, dejó las gafas en la balda del espejo y se dio la vuelta.
Mientras en su habitación su teléfono móvil empezaba a sonar, acababa de recibir un mensaje de texto.

Fran se despertaba en ese momento, le dolía la cabeza, “¿dónde estoy?” Se incorporó un poco, le dolía no solo la cabeza también la espalda, estaba en el suelo de su habitación. “Anoche me dio un ataque y me desmayé”.

-Uff, mi cabeza…-, Se llevó la mano derecha a la frente, sintió que su frente estaba áspera, pero apenas notaba el tacto. Levantó la cabeza y se miró al espejo de cuerpo entero que había en la pared. Tenía una gran mancha marrón oscuro en la frente, en el suelo donde había estado su cara apoyada también había esa mancha “Sangre”, algunos restos también en el pico de la mesilla de noche. “Debí darme fuerte, para hacerme sangre… Pero la frente siempre es muy escandalosa.”.

Debía darse una ducha inmediatamente. Algo que le relajara los músculos porque estaba completamente agarrotado, había dormido toda la noche en el suelo.

Marcos salía de la ducha, se medio secó el cuerpo y volvió a tender la toalla detrás de la puerta, se puso los boxer, y los vaqueros, se puso las gafas y se peinó un poco el pelo mojado, no se iba a echar nada en el pelo, ni agua de peinado, daba igual, los rizos harían lo que quisieran, un poco de desodorante y listo.

Volvió a su habitación, hoy se pondría camisa, se sentía con ganas. Abrió de nuevo el armario, tenía algunas bonitas, aunque no era como para ponerse solo la camisa, lo estaba pensando mejor, quizá debiera ponerse una camiseta de manga corta debajo, solo por el frío. Aunque lo cierto era que se veía demasiado extraño solo con una camisa, demasiado formal, y hoy solo iba a ir a clase, como todos los días.

Decidido por una camiseta azul claro y una camisa azul oscuro a rayas, total iba arreglado pero informal, a su madre no le gustaría, dibujó una sonrisilla en los labios.

Bajó a la cocina, necesitaba desayunar algo. Su padre se estaba tomando un café y fumando un cigarro. Él en casa no fumaba, pero en ese momento viendo como su padre se tomaba el café y se fumaba un cigarrillo estaba como loco por irse de casa y fumarse él uno. “Que mono, madre mía.”

-Buenos días.- dijo Marcos.

-Buenos días hijo.- Su padre le sonrió agradablemente. –Hoy te levantaste bien temprano. ¿Tienes algo que hacer antes de clase?-

-No, solo que me desperté antes, no sé.-

-Cómo mientras estabas en la ducha he escuchado tu móvil sonar, había pensado que habías quedado temprano.-

-Ah, pues no lo he oído, luego lo miro.-

Desayunó bastante ligerito, unos cereales y un zumo multi-frutas. Ahora su madre compraba más y más zumos.

Subió de nuevo a su cuarto, se calzaría, cogería la chaqueta, la mochila y de camino a clase. “Ah, el móvil, es verdad.” Estaba sobre su mesa, tenía un mensaje de texto, le dio a aceptar, era un sms de Olga. El corazón pareció querer salírsele del pecho.