Mi luz está al final del camino, de hecho, ahí está, la puedo ver, una puerta para salir de la oscuridad. Pero no me muevo, mis pies se han clavado en la tierra, no puedo tirar hacia adelante, me he estancado, cuando pensaba haber encontrado la felicidad.
En una carcel, viendo la salida, la reja abierta, y una orden de libertad. Y no me muevo. Tengo miedo.
Primera parte.
-
Todo comenzó hace dos años, cuando tenía 36 años. Yo era un simple médico
en un pueblo pescador, perdido de la mano de Dios. Durante toda aquella
mañana de...
Hace 15 años