Quien entra en este loco mundo..

martes, 1 de abril de 2008

Minuto de Silencio 11ª parte.

-Dice tu primo que viene a comer con nosotras. Que pocas ganas tengo de aguantarlo. Lo siento porque es tu primo, pero es bastante pesado.-, -No hace falta que me lo digas. Ya sé que es un plomo y por desgracia también estudia aquí.-.

Olga y Esther estaban en la puerta de la cafetería de ciencias. Tenían que esperar allí hasta que llegase Germán.

Por la calle de Marx, desde el pabellón B, venía andando un chico alto, delgado y fuertecito. Tenía el pelo rubio y cortito, vestía con una sudadera a rayas grises y negras y un pantalón de chándal negro. Llevaba una bolsa de deportes azul marino y un chaquetón gordo encima de la bolsa, sin poner, parecía que venía de hacer deporte o de jugar al fútbol. Tenía una cara bastante simpática, era muy guapo. Pero a Olga no le terminaba de caer demasiado bien. Siempre le estaba preguntando por la universidad, por su novio… Según Esther, Germán llevaba interesado en Olga desde que la conoció hacía 3 años. Pero Olga tenía novio, ya de aquella, desde hacía tiempo, así que tenía la excusa perfecta para que no se le acercara demasiado.

-Hola preciosas.-, Las dos contestaron fingiendo un ánimo estupendo y un gran interés en que él estuviese allí. Si no fuera porque la facilidad teatral de las dos era muy buena, él podría haber notado que estaban demasiado alegres por verle. Tampoco es que él se diera demasiada cuenta, “Su egocentrismo llega hasta el punto en que se cree que todas las mujeres del planeta están loquitas por sus huesos.” Pensaba Olga.

-¿Vamos para adentro?-, -Si claro.-. Así que allí fueron a comer.

Marcos y Diego estaban con la puerta abierta, realmente todo estaba como lo había dejado Fran al salir corriendo.

Diego seguía sentado ante la televisión, en una de las sillas de la habitación. Marcos se levantó pues estaba decidido a salir de allí en busca de su amigo, cuando vieron como volvía con cara de zombi, seguido de un policía. Marcos y Diego miraron bastante sorprendidos hacia la puerta.

Fran entró y se sentó en la cama, el policía estaba a media cocina, no parecía tener la intención de pasar más allá. –Chico, ¿estás bien?- le preguntó mientras lo miraba. Marcos observó como el policía disimuladamente estaba reconociendo toda la habitación, estaba haciendo un repaso del lugar. “Deformación profesional” pensó. Hasta que vio que los ojos del policía se posaban en la mesa sobre unos libros.

Cuando Marcos miró, vio que eran los manuales de D&D, algo dentro de él hizo que se le encogiese el estómago. Con la mala fama de los juegos de Rol y un asesinato en el campus, aquello daba muy mal rollo.

Fran no contestó al policía. Pero éste siguió preguntando, no estaba decidido a irse todavía de la habitación.

-¿Sois amigos suyos?-, Marcos contestó asintiendo con la cabeza, y Diego dijo un simple sí. -¿Cuántos años tenéis?-, -Los 3 tenemos 23 años.- Volvió a contestar Diego.

-¿Conocíais a la chica?-, -En realidad no. Solo por lo que nos contaba Fran.- El cerebro del chico sentado al escritorio estaba dándole vueltas a varias cosas a la vez.

Marcos otra vez solo movió la cabeza para negarlo.

.- ¿De qué conocía vuestro amigo a la chica?-, Fran ni siquiera parecía estar allí y el policía intentaba recabar toda la información posible. –Creo que iban a la misma clase.- Dijo mientras miraba a Fran, buscaba la aprobación de él, pero seguía como fuera de allí. -¿Esto es un interrogatorio?- Le preguntó Diego al policía, pero se cuidó mucho de preguntarlo desafiante o vacilando al poli, no quería hacer como en las películas y quedar como un malo encubriendo algo.

Fran se levantó de la cama y las tres personas que estaban en la habitación se le quedaron mirando. –Me he dejado la olla al fuego.- Entonces Marcos y Diego se fijaron, ni siquiera hervía el agua todavía y por eso no se habían percatado.

Fran abrió la tapa y la volvió a cerrar sin ánimo ninguno y se metió en el baño.

-El sábado por la mañana sobre las 8, ¿alguno de vosotros… estaba por aquí?-, -Yo estaba en casa durmiendo, en casa de mis padres en Móstoles. Mi madre se levanta temprano y sabe que estaba en casa…- Diego se había puesto algo nervioso. El policía miró a Marcos y éste también le respondió pero más tranquilo que su amigo –A las 8 y media de la mañana estaba en Alcalá de Henares vomitando en el cuarto de baño de mi casa, mientras mi hermana esperaba fuera para entrar.-. Pasado unos breves momentos en que el policía parecía estar almacenando en su cabeza la información, volvió a preguntar -¿Y vuestro amigo Fran? ¿Estaba durmiendo en su habitación?-. Marcos le mintió, tampoco iba a decirle que sabía que su amigo había estado fuera toda aquella noche y además con prostitutas. –No sé donde estaba.- Técnicamente era cierto, solo tenía la suposición de que a aquellas horas debía estar en algún tren camino de Cantoblanco, pero no lo sabía con certeza. Diego tan solo levantó los hombros dando a entender que no tenía ni idea.

-Bueno, creo que voy a marcharme ya. ¿De acuerdo? Si os enterarais de algo, cualquier cosa que penséis que tiene relación con la muerte de la chica, no dudéis en acudir a la policía. ¿Vale chicos? Cuidad de vuestro amigo.- La última frase a Marcos le pareció que el poli la decía con un poco de coña.

Salió cerrando la puerta tras de sí.

Según caminaba por el pasillo intentaba agudizar el oído, para saber si aquellos chicos comentaban algo al respecto. Cuando llegó al descansillo donde estaba el ascensor se dio la vuelta mirando hacia el lugar de donde venía y sacó un bloc de notas, apuntó el número de habitación, el nombre del chico “Francisco Sancristobal”, intentaría que el recepcionista le dijese el segundo apellido y algunos datos más sobre él. Puso que estaba acompañado de dos chicos más, escribió las preguntas que les había hecho y las respuestas de ellos. Al final de la hoja apuntó. “Encima de la mesa de la habitación habían lo que parecían libros y manuales sobre juegos de rol.”.

8 comentarios:

Yawmy dijo...

Seh! Asesinatos, pues a buscar juegos de rol cerca! Real como la vida misma!

Supongo que estarás guardando todas estas entradas para luego tenerlas todas juntitas e imprimirlas todas a a la vez,no?:P

El Extremeño dijo...

El rol es el maaaaaaaaal.... Mírame a mi, ya llevo varios rituales de sangre y no ha pasado nada de nada :P jajajaja.
Sigue así ^^ (aunque no me gusta que la habitación A-333 sea el mal, pero weno, jeje :P)

Madhatter dijo...

Sï estoy escribiendop esto de echo en un archivo word, así qeu todo está bien juntito y de seguido.


Tranquilos con lo del Rol, es que me apetececía meterlo de por medio.

Alfredo M. Pacheco dijo...

Yo dándote tu tiempo y me encuentro dos entregas nuevas de golpe... jaja

El argumento va bien. Las escenas con los polis quedan un poco más... peliculeras, por decirlo así. Se nota q te mueves por terreno q conoces poco.

Del primo pesado de las chicas, me ha hecho gracia la frase "venía de hacer deporte o de jugar al fútbol". Claro, el fútbol no es un deporte, igual q el pollo no es carne, jaja. El personaje me ha caído gordo, sé buena y dime que tb va a morir....

Saludos

Madhatter dijo...

todavía faltan un par de muertes mñas, sí.

aaagggg.
al final termino diciendo cosas de más, así que ahora no diré nada.

muahahahaha


Y sí, las escenas policiales no son para nada mi fuerte.

Tabernera dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Goblinoide dijo...

Bueno, teniendo cerca un libro de rol, al menos podrá argumentar enajenación mental, como siempre ¬¬* manda narices...

Y luego la necrofilia no es delito, que viva nuestro sistema judicial. Tanto gilipollas y tan pocas balas.

Madhatter dijo...

FordFairlane

copiota.


La necrofilia no lo es, si te encuentras el cuerpo por ahí......
otra cosa es desenterrarlo... puaj.

Porqué le pregutnaríamos aquello a la de derecho civil. pobre mujer, se nos traumatizó.

No pienso incluir nada sobre necrofilia aunque lo mentes.