Quien entra en este loco mundo..

jueves, 10 de abril de 2008

Minuto de Silencio 15ª

((((Ya sé, que este si es cortito, pero ponerse en mi situación, normalmente algo como esto se escribie con calma y tiempo, que luego pasa lo que pasa, que me salen churros.))))


Llegaron a Chamartín entre risas, lo cierto es ya parecían estar algo más sueltos. El abismo empezaba a parecer un simple pozo.

-Sabes, yo me suelo quedar hasta tarde todos los días, cojo el tren a estas horas, porque me quedo en la biblioteca estudiando.- dijo Olga al rato.

-Pues yo que tú tendría más cuidado, sobre todo después de esto. Debe ser peligroso para las chicas.- Marcos se preocupaba de verdad.

-¿Te quedas tu sola o con alguien más?-,

-Pues sola, porque antes no iba a la biblioteca, me quedaba con mi ex. Ahora no tengo a nadie que se quede, mis amigas se toman la universidad de una forma más pausada aún que yo.-

-Pues deberías no quedarte sola durante una temporada al menos.-

Olga veía que Marcos se preocupaba, y aunque realmente tenía miedo no quería volver a su casa temprano.

-Bueno, lo mismo intentaré irme a casa antes de que anochezca, que suele haber más gente también por aquí.-

-Lo importante es que no estés aquí los fines de semana. Aunque bueno creo que ahora las bibliotecas no abren los fines, solo durante época de exámenes.-

-Sí, y acabamos de terminar con los de febrero.-

El tren volvía a arrancar, se les estaba pasando el tiempo realmente rápido.

“Solo hablamos sobre la universidad, pero es normal”.

El resto del tiempo pasó entre risas y comentarios sobre la universidad, pero los dos estaban a gusto. Bajaron del tren y cogieron la línea 6 de metro en Nuevos Ministerios

Olga se daba cuenta del poco tiempo que les quedaba. Tan solo contaban dos paradas hasta Avenida de América, y Marcos se bajaría, y hasta que lo volviese a ver pasaría quizá bastante tiempo, o no, pero no quería arriesgarse.

-¿Te apetece quedar algún día para tomar otro café? Pero esta vez café en condiciones.- Olga lo soltó rápido, porque si seguía pensándolo seguramente llegarían al destino de Marcos sin decir una palabra.

“¿Acaba de pedirme una cita a la antigua?”. Aunque sonase extraño, ya que jamás le había ocurrido algo así. Marcos creyó echarse a temblar. “No, no puede ser. Solo es en plan de amigos, acaba de dejarle su novio.”

-Pues…bueno, por mi de acuerdo. El otro café me sentó bastante mal. Demasiado caliente y al final no lo acabé.- “¿Para qué digo tonterías?”.

-Bueno pues si eso apunta mi número del móvil.- Dijo Olga sonriendo.

-Sí, Sí.- Marcos se apresuró a sacar el suyo, dispuesto a copiar el número, como si ella fuese a cambiar de opinión en cualquier momento.

Marcos apuntó el número y le dio el suyo a Olga justo cuando ya llegaban a Avenida de América. Él iba a abrir las puertas ya, se bajaría por la parte de en medio de los andenes.

Estaba muy cortado porque hubiese preferido darle dos besos en las mejillas antes de bajarse. Pero ambos se cortaron y no hubo besos de despedida, solo un adiós, y antes de salir por la puerta un leve movimiento de la mano izquierda.

Mientras caminaba y subía las primeras escaleras mecánicas, Marcos parecía un autómata, recorriendo el camino porque estaba gravado en su cerebro. Cuando torció a la izquierda para salir al intercambiador, pareció volver en sí, mientras un tipo de color cantaba canciones en inglés en la esquina delante de las otras escaleras mecánicas.

Curiosamente se trataba de canciones de amor, y aquello era lo que le había echo volver a su cuerpo.

Tenía su teléfono. “Creo que no he sido tan feliz… nunca”. Ahora solo tenía que pensar en como quedaría con ella. No le había pedido una cita jamás en la vida a ninguna chica. No sabía si aquello era realidad. Una preciosidad pelirroja, le había dicho de quedar para tomar café, e incluso se habían dado los números de teléfono. ¿Cómo lo haría para quedar con ella? No paraba de preguntárselo.

Llegó a la dársena del 229 y esperó la fila de gente. No había mucha, aunque tras de sí empezó a hacerse más larga. Siempre tenía suerte para eso, siempre conseguía asiento de ventanilla.

Olga continuaba en el metro. “Ha sido un poco rápido”, pensaba en que la forma había sido un poco impactante, tanto, que incluso Marcos se había asustado y no se habían despedido con los tradicionales dos besos. Bueno, pero tenía su número de teléfono. Si su ex ya estaba con otras chicas, ¿por qué ella no iba a poder quedar con otros chicos? “¿Para qué pienso en él? Tengo que olvidarme de ese gilipollas”. Olga quería sacudirse la cabeza como para despejarse y sacar de ahí a Nacho. Pero había demasiada gente en el metro e iba sola. No quería llamar la atención así, tal vez si hubiese estado acompañada, así no la tomarían por loca.

Bueno, su metro llegaba Sainz de Baranda, se le había echo cortísimo el trayecto de vuelta a casa. Ni su ex le acompañaba tanto los últimos años de relación.

2 comentarios:

Yawmy dijo...

¡Qué monooos! Espero que Olga no esté solo actuando por despecho, por quedar con alguien..pero igualmente, qué monos!:P

El Extremeño dijo...

Bueno, el primer paso ha sido dado, veamos como acaba todo esto, jeje. Sigue así ;)
Un abrazo ^^