Quien entra en este loco mundo..

jueves, 3 de abril de 2008

Minuto de Silencio 12ª parte.


“Todo empieza a complicarse. Ya veo por donde van los tiros.”

Fran tenía las manos apoyadas en el lavabo y miraba el reflejo en el espejo, ni siquiera parecía él, se miraba a los ojos y sentía vergüenza, como si estuviese mirando muy fijamente a otra persona. Pero no podía apartar los ojos de aquel reflejo. Tenía la frente sudorosa y se estaba poniendo muy pálido. “¡Dios!, y ese policía en mi habitación…”

Escuchaba la conversación de sus amigos a través de la puerta. Los materiales de fabricación de la residencia no habían sido los mejores del mercado precisamente, y con las puertas se habían pasado en el lijado, pues todas dejaban prácticamente casi un centímetro de espacio con el suelo, tanto la del baño como la de la habitación, por tanto dejaba pasar el sonido, algo amortiguado, pero bastante bien.

Fran oyó por fin que la puerta de la habitación se cerraba, el policía debía haberse marchado. “¿En qué estaría pensando para ir a su habitación?… ¡Oh! Claudia…” Agachó la cabeza, no quería seguir viendo su rostro en el espejo.

-Qué asco de patatas, yo creo que las fríen con piel.- Esther observaba el plato combinado número dos que se había pedido. –Déjalas. Es culpa tuya por pedirte eso, si ya sabes lo que hay.-, -¡Hay hija! ¡Perdona por ser más exquisita!-, quizá Olga se había pasado un poco. Pero bueno donde hay confianza da asco, dicen, y es cierto porque piensas las cosas menos y las contestaciones suelen ser muchísimo peores.

-Bueno, pídete otra cosa después, no seas rancia.- Germán mal contestaba a su prima, estaba claro que quería seguirle la corriente a Olga, y eso a ella no le gustaba.

-¿Qué tal está Nacho? Como no ha venido a comer con nosotros…- Germán metió el dedo en la yaga. A Olga se le atragantaron las judías verdes y Esther puso cara de preocupación, si hubiese estado sentada al lado de Germán le hubiese dado un codazo, pero ya nada podía hacer tampoco. –Creo que él está muy bien. Pero eso ya no tiene que importarme supongo.- Olga siguió comiendo, tampoco quería hacerse la victima, ni demostrar que estaba triste. Germán quiso cambiar de tema, la mirada de su prima lo decía todo “O callas o te mato.” –Sabréis lo de la chica que murió el sábado, ¿no?-, “Ya estamos otra vez” pensó Olga.

-¿Qué hacemos?-, Marcos le había preguntado a Diego, porque Fran no salía del baño, y ya empezaban a preocuparse. –No sé.- se encogió de hombros.

Marcos pensaba que lo mismo si llamaban a la puerta del baño Fran reaccionaría, pero no estaba muy seguro de querer hacer eso

Al cabo de un minuto aproximadamente, el pomo de la puerta giró, se abrió despacio y salió Fran.

-El agua debe estar hirviendo ya.- Se acercó, echó al agua los macarrones que tenía preparados en un plato y le dio algunas vueltas con un tenedor de madera.

Marcos recogió la cuchara que estaba en el suelo todavía desde que Fran se había ido corriendo, y la metió en el fregadero. –Deja, yo la limpio.- Dijo Fran. Era cierto que los dos en la mini cocina se estorbarían bastante.

Marcos se retiró, fue hacia la cama y vio como Diego los miraba. Éste había quitado el sonido a la televisión cuando vio entrar al policía detrás de Fran, pero la tele seguía puesta.

Ahora ponían imágenes del campus otra vez, y cuando Marcos lo vio, le hizo señas a Diego para que apagase la tele. Algo nervioso la apagó y dejó el mando sobre la mesa.

-Dentro de un rato estará la comida, si queréis podéis poner la Play y jugar.- Fran ni siquiera les miró, pero a Marcos les sorprendió que después del espectáculo de antes estuviera tan entero ahora.

-¿Dónde estaba, Gutiérrez?- El Inspector jefe se encontraba en la habitación de la chica asesinada, habría llegado al poco de marcharse él con aquel chico. –Interrogando a unos chicos, señor.-, -Y ¿se puede saber porqué? ¿Ha descubierto algo?-, Gutiérrez sacó de nuevo la libreta iba a leerle al Inspector lo que había apuntado, pero éste se lo quitó de las manos. Ojeó las últimas páginas y anotaciones y le volvió a decir –Baje a recepción y pregunte sobre ellos al recepcionista o al de seguridad. Averigüe más sobre sus hábitos y cada cuanto tiempo se reúnen.- Le devolvió el bloc y se dio la vuelta. Gutiérrez volvió a salir de la habitación.

-Coged el ordenador, comprobar si hay contraseñas, revisad si hay correspondencia. Quiero además que busquéis e interroguéis a las amigas de la victima. No solo con la compañera de al lado, esa solo comparte la cocina, no parece que tuviesen mucha relación. Quiero saber exactamente dónde estuvo el viernes por al noche y con quién. -, -Si señor.- le contestaron los otros dos.

-¿Alguno sabe si tenemos ya los vídeos de vigilancia de la estación de RENFE? Es igual, me voy a comisaría, llevadlo todo allí.-

-Yo ya me voy chicos, tengo mucho que estudiar.-, Olga se levantaba de la mesa ya, cuando Germán la miró preocupado. –No deberías quedarte sola. Mira lo que ha pasado. Tenéis que ir con más cuidado.-, -Me sé cuidar solita. No te preocupes tanto.-

Germán quiso añadir más a la conversación pero Olga le dijo un adiós mudo a Esther y se fue rápidamente hacia la biblioteca de económicas, allí estaría más tranquila que en la de filosofía y letras.

Cuando llegó apenas había 5 personas en la parte de abajo, subió las escaleras de madera haciendo crujir la madera a cada paso. Siempre se oían más los ruidos en esa vieja biblioteca porque era pequeña, como un aula sencilla para 50 alumnos, pocas mesas y un piso superior más pequeño que el de abajo, allí arriba no había nadie. Era lo que más le gustaba de esa biblioteca, sería pequeña pero tenía los libros que necesitaba y mucho espacio, no como en la de filosofía y letras, muy grande y cómoda, al lado de la estación de RENFE, pero todo aquello era lo que hacía que nunca fuera allí a no ser que tuviese la necesidad, porque siempre estaba a tope de gente.

Cogió la mesa que más le gustó y se desplegó entre apuntes, papeles de notas, carpetas y el mp3. Tenía que estudiar con música, sino, no sería lo mismo.

Eran las 8 y cuarto de la noche ya, y a la biblioteca le quedaban 15 minutos para cerrar, así que Olga comenzó a recoger las cosas. Pese a todo había sido una tarde productiva.

“Ahora hará un frío que te cagas.” Se abrochó bien la chaqueta, metió la carpeta a presión dentro de la mochila, no le apetecía tener que llevar los brazos ocupados en ese momento, era mejor meter las manos en los bolsillos y que estuviesen calentitas.

Salió por la puerta principal de la facultad de económicas, ya que esta puerta era justo la que estaba frente a la biblioteca.

Le pareció tener un flash back de la semana pasada, cuando había salido corriendo por aquella misma puerta chocándose por el camino. “¿Es probable que la persona con la que me choqué al salir fuera Marcos?”.

Debido a la estación en la que se encontraban del año, ya era de noche en el campus. No había nadie, y ahora si se ponía algo nerviosa. Giró a la derecha al salir por la puerta, bajando las escaleras bastante rápido. Empezó a caminar hacia la estación de tren, si no se equivocaba tendría uno en dirección a atocha en 10 minutos, y podría darle tiempo a cogerlo.

Cuando ya había pasado la escalinata de la facultad de filosofía y letras, empezó a oír unos ruidos, y se puso nerviosa. Dejó entre ella y la esquina derecha del final del edificio de letras, los pocos árboles que había, unos cipreses de cementerio. El ruido se hacía más fuerte, y le pareció que se trataba de un motor.

Empezaba a subirle el pulso, “Seguro que no es nada”, pero estaba asustada, lo normal hubiese sido que no le afectase para nada, ni siquiera le daba miedo llegar de noche a su casa cuando había salido de fiesta. Pero ahora un simple motor le estaba poniendo de los nervios.

Doblando la esquina dos focos la enfocaron durante unos momentos dejándola cegada por la luz. El coche giró a la izquierda y frenó. Habían como unos 3 metros entre Olga y el coche.

-¿Todo bien?- Dos guardias de seguridad del campus hacían la ronda.

-Si, si gracias.-, y apretó más el paso, ya estaba delante de la estación, podía ver que un tren en dirección a Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, se marchaba, o tal vez era para Tres Cantos o Colmenar, solo sabía que se iba uno en dirección contraria al que necesitaba, lo que quería decir que probablemente no perdería el tren.

Una vez dentro comprobó en el cartel que le quedaban 4 minutos para el tren de Alcalá de Henares. Con ese le valdría. Se bajaría en Nuevos Ministerios.

Metió el abono transporte y pasó, dejó el ascensor y subió por las escaleras, debía hacer un poco de ejercicio de vez en cuando, aunque solo se tratase de subir escaleras.

“Me iré al último vagón.”

Cuando Salió al andén, vio unas 10 personas más o menos, casi todos se agolpaban en la parte del medio y delante. Solo dos personas estaban en la parte posterior, así que ella decidió pasar hasta el final.

Marcos iba a coger el tren, estaba cansadísimo de todo lo que había pasado ese día. Enfadarse con Fran, luego enterarse de quien era la chica asesinada, la salida inesperada de Fran, el interrogatorio del policía, y luego como si ni hubiese pasado nada, Fran había terminado la comida. Comieron y jugaron a la Play Station 2, luego Fran había propuesto continuar la partida de Rol, y eso habían estado haciendo hasta las 8. Fran no había dicho una sola palabra de Claudia, y ni él ni Diego se habían atrevido a preguntar, después de verle como “ido” sentado a la cama, no querían arriesgarse a que le diera otra vez.

Estaba en andén, venía el tren de Alcalá de Henares. Estaba apurando un cigarro y chasqueando los nudillos de la mano izquierda, cuando la vio. Se dirigía hacia allí, otra vez la casualidad les pondría cerca.

La chica pelirroja no le había visto aún, pero habiendo nada más que otro chico y él en el andén, alguna mirada se cruzaría, estaba seguro.

Y allí estaba la mirada. Olga le estaba mirando algo asombrada, pero sonrió y se dirigió hacia él.

8 comentarios:

Madhatter dijo...

No me os quejéis, porque actualizao cada dos días, ya quisieran otros escribir a mi velocidad rayo, jajajajajaja.
Casi todo me va saliendo mientras escribo, no tengo demasiadas ideas preconcebidas sobre lo que voy a escribir para próximos capítulos. Sí ya sé que se nota un montón esta improvisación guarra, pero bueno, Ya sabéis que no soy escritora y que mis aviones tienen poco que ver con esto.
ciaito

Yawmy dijo...

Queremos escenas en avion! O un accidente de avion! O alguien con un avion de juguete! xD

No, ahora en serio, va bien. Me gusta cómo enfocas la psicología de los personajes..en especial con actualizaciones extra largas como ésta :P.

Go on!

Anónimo dijo...
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El Extremeño dijo...

Weno, al fin se han encontrado los dos personajillos, me han tenido en vilo... más vale que todo salga bien, eh? jejejejeje

Es broma, sigue como quieras ;) está genial ^^
Un abrazo

Anónimo dijo...
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Goblinoide dijo...

Como siempre, nos dejas en el momento más interesante, no?? :P En fin, a este paso tendré que actualizar yo más a menudo para poder echarte en cara que tardas en actualizar xDDDDD

Un abrazo, y sigue con ello, me encanta...

Alfredo M. Pacheco dijo...

La cosa sigue pintando bien. Es que esta historia tiene de todo: rol, asesinatos, un poquito de tensión, y para postre una pizquita de amor. Buena combinación.

Bien lograda la psicología de los personajes: la preocupación de Fran (q nos hace sospechar de q puede pasar algo), la tensión de Olga al salir de la biblio (esa se ve venir, pero eso no le quita mérito).

La ortografía y algunas cosas de la redacción se podrían pulir un poco. Gajes de actualizar según escribes. La improvisación sin tener clara la dirección te puede pasar factura a la hora de escribir el final (te lo digo por experiencia). Por lo demás, muy bien.

Saludos!!

Anónimo dijo...
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