Quien entra en este loco mundo..

jueves, 13 de marzo de 2008

Noname 6


-Venga tío, que están allí esperando.- le decía Fran. Marcos ya había perdido de vista a Olga, así que ya que más daba. Aunque hubiera jurado por un momento que ella quería hablar con él. Pero bueno, ya era tarde para pensarlo. Si hubiese reaccionado antes…

Fran y él se dirigían hacia la puerta del McDonal's. Había dos chicas esperando y mirándolos. Aunque solo una de ellas sonreía nerviosa. Una morena de pelo largo y rizado, guapita, delgada, una chica normalita que no paraba de mirar a Fran. La otra chica era bajita, no tan delgada como su amiga, llevaba gafas de pasta negra, muy parecidas a las de Marcos, pero con más dioptrías, eso se veía a la legua, porque los ojos marrones de la chica se veían muy pequeñitos, tanto que hubiese jurado que estaba bizca y era una forma de disimularlo un poco.

Marcos no era feo precisamente, un moreno de ojos claros, con buenos rasgos masculinos, pero que siempre llevaba barba de días y el pelo largo desaliñado, que añadiendo su carácter más apático con las chicas le hacía quedar siempre como un aburrido friki. Fran no era así, era guapo, con el pelo mucho más corto que Marcos, alto y de complexión más atlética, él lo tendría más fácil si no fuera porque también le consideraban un friki monotema.

Así que así pasó la hora de la comida y la gran parte de la tarde. Marcos no paraba de hablar de sus partidas, y eso a Vero no le hacía mucha gracia, estaba claro que se estaba aburriendo muchísimo. Marcos quiso ayudar un poco a su amigo e intentaba variar la conversación. Quizá no tenía mucha experiencia charlando con chicas, pero sabía e intuía que era mejor dejar que ellas hablasen, y sobretodo de temas que a ellas les interesasen si es que Fran quería llegar a algo con aquella chica. Pero Su querido amigo no se daba por aludido, hasta que en un momento dado las dos chicas dijeron que les disculpasen y se levantaron de la mesa en dirección a los servicios.

-Fran para ya, que las estás espantando.-, -¿De qué me hablas tío?-, -¿Tú crees que a ellas le interesan en lo más mínimo tus partidas de Dragones y Mazmorras?, ya te respondo yo ¡no! Y a este paso se van a ir a sus casas ya, con cualquier excusa tonta, y no va a volver a quedar contigo. Tío que no me extraña que seas virgen. Y ahora no me vengas con lo de que soy un puto borde. Hazme caso, esto es por tu bien. ¡Cambia de tema!, no relaciones cualquier frase que ellas digan a algo que te pasó en tal partida cuando tal cosa. Qué sé que a ti te emocionan mazo esas cosas, pero a ellas no. ¿Has visto como van vestidas? Son unas pijas rematadas. ¿Quieres enrollarte con Vero?, cuando vuelvan dirige la conversación a su terreno, que se sientan más cómodas, ¡Por Dios!-, Fran parecía sorprendido porque nunca había pensado que alguien pudiese aburrirse de D&D, pero bueno, si lo pensaba detenidamente había pocas chicas que jugasen a juegos de rol, así que era muy probable que tuviese razón.

-¿Y tú porqué no tienes novia si sabes tanto de chicas?-, -¿Yo?, porque debo ser gilipollas.-, Marcos le dio otro trago a su coca cola bastante disgustado mientras miraba al vacío, deseando que aquella cita se acabase lo más rápido posible. Además tenía unas ganas tremendas de salir a la calle, allí dentro no podía fumar, y llevaba ya 3 horas sin echarse un cigarro.

Las chicas regresaron y Fran pareció hacerle caso a Marcos, la conversación fue redirigida al campo contrario, y a Vero le cambió la cara. Estaba más animada y se sentía más coqueta, algo que dejaba claro al no dejar de retorcer insistentemente un mechón de pelo.

Como ya no lo aguantaba más se decidió a salir a fumar un cigarro. –Chicos voy fuera 10 minutos, necesito fumar.-, -Vale tío. No nos moveremos de aquí.-.

Cuando salió a la calle todavía había luz pero el anochecer estaba muy cerca.

Que bien podía respirar ahora que estaba fuera del McDonal's, y eso que se iba a poner a intoxicar sus pulmones.

Se encendió un cigarro y lo cogió con ganas las 3 primeras caladas, después se dijo a sí mismo que como siguiese dando caladas tan seguidas se acabaría mareando.

Se quedó mirando a su izquierda las idas y venidas de viajeros y autobuses. Había otros chicos cerca de él que también estaban fumando, solo que ellos estaban acompañados. Como le jodía fumar a solas, lo necesitaba pero odiaba la soledad mientras veía como otros disfrutaban de compañía, ya fuesen 10 estúpidos minutos mientras fumaba o las cerca de 3 horas que tardaba todos los días en transporte público, completamente solo. Eso era lo que le vino a la mente en ese momento, lo solo que se sentía todos los días. Porque él no tenía a nadie que le acompáñese a ningún lado nunca.

Aunque nadie le estaba mirando, se sentía observado, como si murmurasen que estaba solo y fumando tristemente. Así que se puso a andar, daría una vuelta sencillamente cruzaría por el paso de cebra de enfrente, rodearía toda la fuente y volvería al McDonal's.

Olga había cogido el metro se dirigían al centro de Madrid, su amiga le había dicho que tenía que ahogar las penas en un bar, por muy absurdo que sonase, no se iba a emborrachar, porque si lo hacía le daría el bajón y estaría llorando toda la noche hasta volver a casa.

Iban hacia Alonso Martínez para hacer trasbordo y redirigirse a San Bernardo. Su amiga quería salir por allí en busca de chicos, cosa bastante sencilla. Pero el porqué iban tan temprano no lo tenía claro.

Cuando salieron del metro y miró alrededor a la gente que había por allí. Parecía que Esther lo había hecho a propósito.

Ahí estaba su Ex. El chico que le había dejado hacía prácticamente 4 días. Y daba la casualidad que estaba con otra chica, bien agarraditos, mientras charlaban con sus amigos.

Olga miró a Esther, la cual se mordía los labios.

-Sé que puede parecer que lo he hecho aposta, pero te aseguro que no quería hacerte daño. Sabía que estaban aquí sí, pero…-, Olga se acercó a su amiga dando la espalda al grupo de su ex. –Vamos de bares.-, Imaginaba que no lo hacía por hacerle daño, pero estaba bien abrir los ojos. Se había imaginado que él volvería y le pediría perdón, le diría 100 veces que la quería y no podía estar sin ella. Que cría había sido. La imaginación hace que subas y vueles, y mira como es la caída. Estaba muy dolida y si seguí pensándolo acabaría llorando igualmente, se emborrachara o no.

Marcos llegaba ya a la puerta del McDonal's, había dado las vuelta completa y hacía dos pasos de cebra que se había acabado el cigarro.

Cuando iba a entrar, Adela, la amiga comodín, le vio y le hizo una seña con la mano para decirle que no entrara. Se levantó y dejó a la pareja sola. Salió por la puerta. Y se quedó con Marcos.

-Creo que es el momento de dejarlos solos.- Le dijo. Él agachó la mirada. –Podemos sentarnos ahí donde los árboles esos. ¿Son cerezos o ciruelos?, como los dos tienen las florecillas pequeñas y rosas me confunden.-, mientras caminaban a sentarse en los macetones de los árboles. –Yo creo que son ciruelos, cerca de mi casa en Alcalá hay árboles como estos, y aquellos sé perfectamente que son ciruelos negros.-, Adela sonreía, por fin le había sacado unas palabras al chico de compañía.

6 comentarios:

Yawmy dijo...

Me va gustando more and more! Es fácil sentirse identificado con uno u otro personaje, según el momento..y me da la impresión de que le vas cogiendo más el truco a esto de escribir ;)

........ dijo...

De blog en blog llegué al tuyo y me gusta mucho. :)

...Paheli y Devdas, dos de mis películas favoritas.

Muchos saludos para ti

........ dijo...
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Anónimo dijo...
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Goblinoide dijo...

Qué telenovelaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!
Pero da igual, me encanta, sigue escribiendooooo!!!! (0.0) (0.0)

Anónimo dijo...
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