-Dime una cosa. ¿Tú te sientes igual de incómodo que yo con todo esto? Lo digo porque no parece que te diviertas mucho. Y sinceramente, siendo franca, yo estoy hasta las narices.-
Como supuso, se tiró el resto del tiempo escuchando como Adela se quejaba de su amiga, del lugar, y finalmente del tío con el que se enrollaba su amiga, Fran.
Marcos se preguntaba porque estaba aguantando aquello, porqué no se largaba de una vez y que le dieran por culo a Fran, ¿alguna vez había pensado su amigo en él? ¿Alguna vez alguien se había preocupado por él?
Todo era un completo desastre en su vida.
Marcos abrió los ojos a eso de las 8 de la mañana, se encogió bajo el nórdico y pensó que ese sería el momento favorito del día, pensar que podría dormir unas 2 horas más o menos, porque no se oía a nadie en la casa. Sus padres también salieron la noche anterior al teatro o al cine no lo tenía claro, y su hermana había que dar por sentado que había salido, probablemente ni había llegado, así que nadie se levantaría antes de las 10 de la mañana, y podría dormir más.
Y esos eran los mejores momentos, despertar porque ya has dormido suficiente, unas 8 horas, y saber que todavía puedes incluso dormir más, y aunque no te duermas, quedarte en la cama calentito, pensando cualquier cosa sería fantástico.
Media hora llevaba ya dando vueltas, algo incómodo en la cama, cosa poco frecuente, ya que seguidamente de abrir los ojos podía volver a dormirse, ya fuera en la cama o en el tren en marcha. Pero ahora algo fallaba no se encontraba bien.
Un sentimiento extraño se apoderó de él, se sentía muy incómodo, como si tuviese un gran nudo en el estómago, algo que le estaba haciendo daño.
Tuvo que levantarse de la cama e ir al servicio. Cuando estaba delante del espejo se vio pálido, más de lo normal. Le sobrevino una arcada, se agachó corriendo delante del inodoro y levantó las dos tapas justo a tiempo, cuando comenzó a vomitar. Estaba muy mareado y no pudo ni contar las veces que vomitó en aquel tiempo. Creía que se ahogaba, y encima los ácidos del estómago le estaban pasando factura en la garganta, la cual empezaba a picarle bastante.
Así estuvo como 15 minutos, echando papilla. Y cuando se hubo encontrado mejor decidió volver a la cama. Al abrir la puerta del baño, su hermana estaba ahí delante, acababa de llegar de fiesta, -¡Bien temprano, si señor!-, –Hermanito, ¿nauseas matutinas?, ¿todavía no te han hablado sobre anticonceptivos?-, -¡Déjame en paz!- y se metió de nuevo a su cuarto cerrando la puerta. No se llevaba muy bien con su hermana, y en ese momento podían haber comenzado una discusión enorme y hasta tirarse de los pelos, que los dos llevaban largos, pero Marcos estaba con muy mal cuerpo y solo quería echarse de nuevo. Si hubiese bebido algo con alcohol, seguro que sería resaca, pero la noche anterior la había pasado a coca colas. Marcos pensaba que podría ser cosa de algún virus extraño, tipo gripe o algo así, aunque la época de gripes gordas ya había pasado. Probablemente cogió frío cuando estuvo sentado con Adela entre los ciruelos, “Sí, debió ser eso” pensó cuando se echó a dormir.
A las 11 su madre entró en la habitación algo alterada, -¡Marcos! ¿Te encuentras bien? Tú hermana dejó una nota diciendo que estabas vomitando esta madrugada.-, “Qué mentirosa”, -¿Esta madrugada? Si fue a las 8 y media de la mañana Y ya me encuentro bien. Debió ser una purga del estómago o algo así.-, Su madre empezó a tocarle la frente algo histérica -¿Qué bebiste anoche?-, Marcos intentaba zafarse de las manos de su madre –Whisky de malta escocés a porrón, pero creo que lo que me sentó mal fue el garrafón de ginebra que me metí después… ¡Mamá, para ya!-, -¡Ay, hijo! A veces no diferencio cuando eres sarcástico de cuando no.- Su madre se enfadó un poco, pero ya se le pasaría.
Aguantar que todavía se le trate como a un niño. Una madre súper protectora que lo único que quiere es velar por el bien de sus hijos, sin darse cuanta de todo lo que ocurre en su propia casa. Su querida hija es la peor de la familia. Al menos Marcos creía saber la verdad. Su hermana era una cínica, una pija redomada, una persona con la que él nunca hubiese querido estar emparentado.
No soportaba ver como con la edad que tenía le daban rabietas que poco faltaban para acabar pataleando en el suelo, porque se encaprichaba de cualquier cosa, y sus padres por no oírla le terminaban comprando exactamente lo que ella pedía. Si se encaprichaba de zapatos de 300 euros, allá iba mamá a comprárselos, porque claro “ya sabes como es tu hermana” decían cada dos por tres.
Pero daba igual. Tampoco es que tuviese mucho trato con ella. Marcos había tomado la determinación de ignorarla, mientras que ella no le dirigiese la palabra todo iría bien, no tendría que aguantarla, seguro que le molestaría más que la ignorasen que otra cosa.
Pero bueno, ya era hora de levantarse algo y desayunar, porque las tripas le estaban sonando hambrientas, algo normal después de echarlo todo esa mañana.
Se levantó, se puso una chaqueta encima del pijama, las zapatillas de estar por casa y bajó a la cocina.
Su padre estaba viendo los entrenamientos de las carreras de motos y su madre parecía estar preparando un cocido madrileño. Cogió los cereales del estante, la leche del frigorífico y un tazón. –Mamá, ¿me pasas una cuchara?-, -Toma hijo.-, Su madre seguía a lo suyo, parecía que estaba quitando la espuma del caldo del cocido y la tiraba al fregadero, eso siempre le daba un poco de asco y ponía caras raras, pero si la dejaba sería peor, porque su hermana no lo comería.
De vuelta en su cuarto decidió hablar con Fran por el Messenger, a ver que tal había ido esa noche con la niña morena. Por mucho que le hubiese gustado mandarle a la mierda, le picaba más la curiosidad.
Se conectó en modo no disponible, pero su amigo no estaba conectado. Echó una mirada y desconectó de nuevo. Tenía pensado mirar como iban las descargas del emule cuando le sonó el teléfono móvil.
-¿Marcos?-, -¡Hombre Fran! ¿No me vas a contar como fue anoche la cosa?-, -Estaba conectado al Messenger en modo no conectado cuando te he visto entrar, tenía que llamarte tío. No te lo vas a creer.-, -Dime, ¿hasta donde llegaste con ella?-, -No es eso, se fue a casa a la 1, para coger el metro y luego no sé que pollas más. Se trata de algo gordísimo que ha pasado en la uni.-, Fran hizo una pausa, Marcos ya sabía que se trataba de una pausa para engendrar más misterio al asunto, solía hacer lo mismo en las partidas de rol, las hacía cada dos por tres, otra de las razones por las que era tan malo como director de juego. –Cuéntame de una vez.-, -Ha habido un asesinato en el campus.-, -¿Qué dices?-, -Que sí tío, pon la tele, seguro que lo sacan en las noticias o algo. Han matado a una chica.-, -¿A quién?-, las malas noticias no le gustaban nada a Marcos. –No sé quien es, no nos han dejado acercarnos mucho, la han asesinado cerca de la rotondita que hay entre la calle de detrás de las facultades la de Adam Smith y la que sube para
4 comentarios:
Dios.... ¿¡Cómo lo dejas así!? Está genial ^^ Porfi, sigue en cuanto puedas ^^
Un abrazo
MADHATTEEEEEEEER!!!!!! TE VOY A MATAR YO A TI!!!! CÓMO LA DEJAS AHORA???? (0.0)
Argh, qué suspense.... ¡¡yo quiero saber quién ha muerto, con qué y dónde, y si el asesino ha sido el gato persa o el mayordomo!! Escribeeeeeeee!!!!! (0.0)
Almas cándidas!!! dejarlo en el mejor momento es lo que más me gusta de todo esto de escribir.
Y Goblinoide, no vas a saber todavía quien a muerto, tú céntrate en un asesinato de verdad, estamos a fin de semana y obviamente, la información es escasa, sobretodo si lo catalogan como secreto de sumario, que es lo que va a pasar, porque es un asesinato en una universidad, una muerte en extrañas circunstancias. Hay que dejarles un tiempo a los medios de información apra investiguen. Jejeje. bueno, ahí os lo dejo.
Agh! Acabo de leer este capítulo..menos mal que el siguiente ya lo tienes puesto también, eso que me ahorro :P
A por éeeel!!
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